El martes, tras el trekking de Sapa tocaba volver a Hanoi. A las cinco cogimos un autobús a Lao Cai y a las siete cogimos el tren de vuelta a la capital vietnamita.
A las cuatro de la mañana el revisor tocó en nuestro compartimento para avisarnos de que en media hora llegábamos a Hanoi. Como estábamos cansados del trekking, esta vez habíamos cogido las camas del coche cama con más ganas y descansamos bastante.